jueves, 15 de septiembre de 2011

LARRY BROWN EN CHERNÓBIL





El narrador de "La aprendiza", relato bien descriptivo de lo que debe ser la realidad de cualquiera empeñado en ver publicada su obra, se ve obligado a hacer horas extras en la central nuclear donde trabaja, para que su mujer no tenga que trabajar y así pueda seguir escribiendo, y para estar apartado de ella: se evitan distracciones, se evita que ella descargue el tsunami de su mal humor.


De Larry Brown hablo esta semana en La Biblioteca Imaginaria, mejor dicho, de su "Amor malo y feroz".


Y de lo que no se habla ahora es de la fuga radiactiva desatada en Fukushima por el tsunami o el terremoto (ya no me acuerdo), del mismo modo que después no se habló más de Chernóbil.

El protagonista del relato de Larry Brown dice que se arriesga a recibir dosis extras de radiación, aunque todo sea porque su chica triunfe. En Chernóbil triunfó la mentira, y por eso conviene la lectura de este otro libro que reseñé en la edición anterior de La Biblioteca Imaginaria. Una obra que celebra los 25 años del desastre respondiendo muchas preguntas y dándonos un puñetazo en la boca del estómago, un libro que hace saltar el contador Geigger de nuestra conciencia adormecida.


Ambos comentarios en La Biblioteca Imaginaria.